15 de abril de 2011

Como ayudar a nuestras mascotas de la pirotecnia



Los fuegos artificiales y las mascotas no se llevan bien. Las fiestas pueden convertirse en una odisea para nuestros animales. Pero podemos ayudarlos.


Las mascotas no siempre festejan en las fiestas de fin de año. La pirotecnia hace que estas fechas no sean las mejores para ellos.

Es que los animales tienen el sentido del oído más sensible que el del ser humano. El ruido típico de un petardo se asemeja, para ellos, al de un trueno, principio de una tormenta. Así, las mascotas creen que el estruendo de la pirotecnia es el inicio de una tormenta que no previeron ambientalmente. Y por lo tanto, los pone en una situación de desprotección e inseguridad.

Cómo ayudarlos

La conducta indicada para cuidar a las mascotas en estas fiestas es diferente para perros o gatos. Los gatos deben contar con un lugar seguro para esperar a que pase el momento de los fuegos artificiales. Por ejemplo, un armario en el que no haya nada que pueda romper ante una reacción inesperada ni ningún objeto peligroso para su propia integridad.

Para los perros, en cambio, hay más opciones a tener en cuenta. Lo primero que hay que decidir es si se los deja solos o no.

Si se decide a dejarlo solo, no hay que atarlo, ni dejarlo en lugares donde pueda dañarse. Por ejemplo, terrazas con claraboyas, terrazas o balcones donde haya una baranda baja, habitaciones vidriadas, espacios con objetos potencialmente peligrosos (herramientas, elementos punzantes, cortantes, lámparas o botellas).

En cambio, si el dueño decide llevarlo a otra casa no hay que sobreprotegerlo ante las manifestaciones de temor del animal. Es bueno ser indiferente porque el animal piensa: "si mi lobo alfa me acaricia cuando tengo miedo, esta bien tener miedo. En cambio, si él manifiesta indiferencia , significa que no hay peligro".

Esto no significa que no haya que prestarle atención, sino que no hay que exagerar. Es preferible cierta indiferencia a la sobreactuación.

Uso de sedantes

También se puede optar por sedarlo. Pero siempre hay que hacerlo bajo control veterinario. Nunca automedicarlo, ni prescribir en base a la información del prospecto. Hay que consultar al veterinario de confianza, ya que algunos animales no pueden recibir sedantes. Además, la dosis no depende del prospecto sino de las características del animal. Su tamaño, raza, biotipo, temperamento y circunstancia de conocimiento del animal definirán la prescripción del sedante.

Por ejemplo un perro San Bernando que pesa 80 kilos puede requerir la misma dosis de sedante que un perro mestizo de 5 kilos de peso. Si uno se guía por el prospecto puede tomar una decisión errónea. Con esa información no alcanza. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario